El ruido infernal de un auto. En la radio The Beatles y la espera prolongada de un pase a sala. Una noche de sábado en la que no saldré a bailar y la única compañía es el frío del cemento, un mate y una novela sobre un montón de brasileros locos. Esperando a esta altura no se bien que, ni siquiera el sueño viene a auxiliarme; a veces el sueño es el mejor amigo para que el tiempo pase rápido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario