A veces me pongo a pensar, si aunque parezca increíble, a veces pienso.
Decía o mejor dicho escribía, que a veces me pongo a pensar que tengo ganas de garrapatear unas palabras, aunque no tengo ni idea, que tengo ganas de escribir o una idea concreta sobre la que explayarme.
Es entonces cuando tomo el cuadernito que siempre me acompaña, rebusco en el bolso hasta que encuentro una birome, y ahí nomás me zampo una primera línea en esos renglones vírgenes de palabras.
A veces mi intención llega hasta ahí, otras como en este caso constituye un breve relatito que ira a rellenar mi blog, esta noche o mañana.
miércoles, 29 de septiembre de 2010
jueves, 23 de septiembre de 2010
Preguntas de un obrero que lee. Bertolt Brecht
¿Quién construyó Tebas, la de las Siete Puertas?
En los libros figuran sólo los nombres de reyes.
¿Acaso arrastraron ellos bloques de piedra?
Y Babilonia, mil veces destruida, ¿quién la volvió a levantar otras tantas?
Quienes edificaron la dorada Lima, ¿en qué casas vivían?
¿Adónde fueron la noche en que se terminó la Gran Muralla, sus albañiles?
Llena está de arcos triunfales Roma la grande. Sus césares ¿sobre quienes triunfaron?
Bizancio tantas veces cantada, para sus habitantes ¿sólo tenía palacios?
Hasta la legendaria Atlántida, la noche en que el mar se la tragó,
los que se ahogaban pedían, bramando, ayuda a sus esclavos.
El joven Alejandro conquistó la India. ¿El sólo?
César venció a los galos. ¿No llevaba siquiera a un cocinero?
Felipe II lloró al saber su flota hundida. ¿Nadie lloró más que él?
Federico de Prusia ganó la guerra de los Treinta Años. ¿Quién ganó también?
Un triunfo en cada página. ¿Quién preparaba los festines?
Un gran hombre cada diez años. ¿Quién pagaba los gastos?
A tantas historias, tantas preguntas.
En los libros figuran sólo los nombres de reyes.
¿Acaso arrastraron ellos bloques de piedra?
Y Babilonia, mil veces destruida, ¿quién la volvió a levantar otras tantas?
Quienes edificaron la dorada Lima, ¿en qué casas vivían?
¿Adónde fueron la noche en que se terminó la Gran Muralla, sus albañiles?
Llena está de arcos triunfales Roma la grande. Sus césares ¿sobre quienes triunfaron?
Bizancio tantas veces cantada, para sus habitantes ¿sólo tenía palacios?
Hasta la legendaria Atlántida, la noche en que el mar se la tragó,
los que se ahogaban pedían, bramando, ayuda a sus esclavos.
El joven Alejandro conquistó la India. ¿El sólo?
César venció a los galos. ¿No llevaba siquiera a un cocinero?
Felipe II lloró al saber su flota hundida. ¿Nadie lloró más que él?
Federico de Prusia ganó la guerra de los Treinta Años. ¿Quién ganó también?
Un triunfo en cada página. ¿Quién preparaba los festines?
Un gran hombre cada diez años. ¿Quién pagaba los gastos?
A tantas historias, tantas preguntas.
Centenario 22:31
El ruido infernal de un auto. En la radio The Beatles y la espera prolongada de un pase a sala. Una noche de sábado en la que no saldré a bailar y la única compañía es el frío del cemento, un mate y una novela sobre un montón de brasileros locos. Esperando a esta altura no se bien que, ni siquiera el sueño viene a auxiliarme; a veces el sueño es el mejor amigo para que el tiempo pase rápido.
TUP
El colectivo a veces se convierte en un disparador o realizador de cosas.
Miles de palabras se han escrito en el, muchos sueños de cansancio y somnolencia se han vivido en el.
Se han cruzado millones de miradas, y cuantas veces y caricias han presenciado sus asientos.
Lo que a mi me divierte es escuchar las conversaciones ajenas, no de chusma, (bue un poquitito si), sino mas bien para develar la trama de un relato, construir una historia a partir de lo que estos narradores inadvertidos me cuentan, a mi que los espío desde mis oídos.
Miles de palabras se han escrito en el, muchos sueños de cansancio y somnolencia se han vivido en el.
Se han cruzado millones de miradas, y cuantas veces y caricias han presenciado sus asientos.
Lo que a mi me divierte es escuchar las conversaciones ajenas, no de chusma, (bue un poquitito si), sino mas bien para develar la trama de un relato, construir una historia a partir de lo que estos narradores inadvertidos me cuentan, a mi que los espío desde mis oídos.
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