martes, 1 de marzo de 2011

La Despedida


Su olor aún seguía pegado a la almohada.
Cuando lo vio salir esa mañana por la puerta supo que ya nunca más regresaría.
Ya no podía retenerlo a su lado. Ella que le había dado los mejores años de su vida, estaba derrotada, esta vez no hubo excusas para retenerlo.
Lo había intentado todo, hacerse pasar por enferma, generarle culpas, y otras triquiñuelas algo siniestras, pero si bien por más de veinticinco años le dio resultado, esta vez no lo convenció, y tuvo que resignarse a sufrir la pérdida más grande de su vida.
Y todo porque, por esa perra que se le cruzo en el camino, maldecia la mañana en que se la cruzó, al principio penso que era una buena mujer, que sus intenciones eran estrictamente profesionales, que solo lo iba a ayudar con su trabajo. Hasta pensó en ser su amiga, cuantas veces la invito a cenar, seguro que ya pasaba algo, y los dos se reían a sus espaldas. Y lo peor es que no podía culparla, el era irresistible para las mujeres, quizás ella merecería que la perdonara. Pero no, la muy cualquiera le robo a su bebe, a ese ser al que le dio vida, se llevo a su hijito querido, eso no tenía perdón, ninguna madre perdona eso jamás.

2 comentarios:

  1. Qué buen relato Marce! Para nada previsible; muy bien armado! Además, me hizo reír... Justo hoy, en la oficina, una mujer nos hablaba en los mismos términos que la del relato, respecto las novias de su hijo.

    Beso grande!

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  2. es una hiperbole de la reacción de algunas madres, aparte se que hay madres así.... y peores...

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